Resulta que un buen día de Julio -menudo mes el de aquel año- se presentó una cadena de T.V. alemana en mi "no-tengo-suficientes-adjetivos-para-definirlo" lugar de trabajo. Su objetivo: grabar el proceso de fabricación de un producto de inminente salida al mercado.
Por aza
Total, que llegaron los periodistas a mi segunda casa (por aquello de las horas que pasamos en ella) y nos los llevamos de paseo por la línea de producción. Al cabo de una hora de tomas y retomas, para, graba, no hay luz, pon luz, habla, calla, vuelve a hablar, te pongo una mini-cámara y le hablas a la mini-cámara, desembocamos, cual río Ebro en el mar Mediterráneo, en una sala perfectamente iluminada y sin escapatoria posible (por lo de la atemporalidad de mi piel). La escena, de verdad, fue de película.
Imagínense el producto en cuestión a presentar y una silla. Pues ya está. Ya tienen la escena descrita.
Me sientan ahí: cuello recto, brazos relajados, cabeza la giras veinte grados, un poco más, un poco menos, no cruces la pierna en plan macho ibérico, ahora le quitamos el sudor de la cara... ¡De película! ¿Pero esto no se supone que iba a ser una entrevista dinámica espontánea en plan charleta de amigos? En fin...
Delante de mí observo movimiento: la periodista, el cámara, el ayudante de cámara, el de iluminación, el micrófono volador, una trabajadora de la iluminada sala con sonrisa contenida, el ojo avizor de la responsable de comunicaciones y, cómo no, mi mano derecha profesional que discretamente se aseguraba de que todo saliese bien.
¡Luces, cámara y acción! Ni guión previo, ni chuletas. ¡A las papas bravas! Con lo poco que hubiera costado enviar un listadito de preguntas con el que poder preparar con antelación esas típicas respuestas tan bien sonantes y políticamente correctas... Pero no. Venga, improvisemos. ¡Qué viva la espontaneidad! y ¡qué viva Goethe!
Desde la primera pregunta dejé mi marca y seña. No vean los rollos que soy capaz de meter. Vamos, vamos... Yo creo que la periodista pensó:
- En la segunda pregunta le pido que me contesté con un "Ja" o un "Nein".
Pero no. La segunda pregunta vino igual de genérica y sin recortes que la primera y, claro, la respuesta no lo iba a ser menos, esto es, fue todo un paseo de ida y vuelta por los cerros de Úbeda. A mitad del paseo, Dora me mandó un whatsapp para que alargara todavía más la duración del mismo, porque ¡se le había olvidado la pregunta! Ya ven, todo menos soltar el típico:
- Entschuldige (disculpe), ¿cuál era la pregunta?
Pero no hubo necesidad, mi Dora es mucha Dora y ante de volver de Úbeda ya había contestando a la pregunta de la periodista que, por cierto, miraba con sospechosa cara de atención. Yo pensé:
- O no me está entendiendo nada, o realmente le parece muy interesante lo que le estoy contando.
Con la tercera pregunta ya me vine arriba y mis articulaciones empezaron a participar en la repuesta. ¡Venga! Esos brazos pa'rriba y pa'bajo... Esa pierna cruzada (se me olvidó lo del macho ibérico). Ahora la descruzo. Ahora la vuelvo a cruzar.... Vamos, todo un derroche de pasión a la española, o mejor dicho, a la "españolito perdido en Alemania... del Este".
Y así durante un buen rato hasta que de repente la periodista se dio por satisfecha y dijo.
- OK, ya hemos terminado.
- ¿Cómo que ya hemos terminado...? Ahora que empezaba a sentirme a gusto. ¡Hazme otra pregunta!
Pues nada. Nos apretamos las manos en señal de despedida y agradecimiento y a Dioniso muy buenas.
Tras el "luces, cámara, acción" una cosa me quedó clara. No ha nacido una estrella en el mundo de la televisión, ni de la prensa del corazón.
Así que nada, nos conformaremos con seguir disfrutando de una especie de estrella particular que siempre me ha iluminado. Hay quién lo llama nacer con una flor en el culo, pero yo prefiero hablar en términos galácticos. Entre Lola y esa estrella, de momento, siempre han acertado el camino a seguir...
En fin, que ustedes terminen bien este inicio de invierno y nos vemos en la primavera. Y es que por aquí andamos un poco perdimos con esto de las estaciones climatológicas.
Hasta entonces, les mando un abrazo.
La foto no pega ni con cola con el ¡luces, cámara y acción!, pero es un adelanto del próximo post: I love Frankfurt! |
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