Para empezar, dispuso que mi querida familia numerosa y yo voláramos en el mismo avión. Mira que hay aviones desde Frankfurt... En cualquier caso, como estamos todos muy bien avenidos y nos entendemos a la perfección -ellos también han tenido un final de año de vértigo-, enseguida llegamos al acuerdo de ignorarnos y dormir.
Plano del avión:
Fila 21: Españolito
Fila 22: Padre de familia numerosa
Fila 23: Madre de familia numerosa
Fila 24: Niños de familia numerosa
Abrí el libro, y cuando sólo llevaba diez páginas leídas, Morfeo se puso a cantarme al oído y me atrapó fulminantemente. El efecto somnífero iba a ser temporal y al despertar del mismo, observé de reojo que mi compañero de asiento me estaba observando felizmente. Al poco rato, va y me dice en perfecto alemán:
"Qué reloj más bonito, ¿es auténtico?"
Mi subconsciente suspiró en su foro interno:
"Ya estamos... conversación indeseada con personaje anónimo."
Pero como uno es así de amable, pues le seguí el rollo, y oigan, que me acabó contando su vida en verso: Alemán, programador de vuelos de Lufthansa, y cobrando una pasta por trabajar tres días a la semana; su pareja un español afincado desde hace once años en Alemania; juntos iban a pasar la Navidad con la familia del español en un chiringuito de Almería... Yo alucinaba. En el fervor de la conversación, claro está, me acabó invitando a pasar la Nochevieja con ellos en el chiringuito. Lo que me faltaba. A lo que le digo:
"No gracias, que yo ya tengo una fiesta organizada con mi querida familia numerosa."
Me vuelvo, y veo que las filas 22, 23 y 24 están completamente dormidos. ¡Ole ese apoyo a mi teoría evasora! Yo creo que pensó que le estaba dando largas inventándome lo de una familia numerosa... Aún y todo, ¡al ataque!, me pidió el email. Obviamente uno se reserva el derecho de contestación...
Total, que aterrizamos, nos levantamos, y va una elegante alemana que estaba sentada detrás -tendría unos 80 años- y le arrea un codazo en toda la cabeza así como quien no quiere la cosa.
"Au!! pero ¿por qué me pega? ¿he hablado mucho durante el vuelo, oh?"
A lo que la señora le responde con una sonrisa en la boca:
"Sí, mucho. No me has dejado dormir."
Yo ahí ya cogí mi maletita de mano y desaparecí encanado de la risa:
"Encantado de conoceros, adiós, adiós."
Al día siguiente, sorpresa, recibí un email, en el cual me invitaban a tomar unas copas en Frankfurt. En fin... se podrán imaginar ustedes que el viaje de vuelta lo hice con el ipod y los cascos puestos, en plan:
"Por favor, que nadie me dé conversación".
Entre un vuelo y otro, el periplo vacacional ha estado repleto de momentos inolvidables. Empacho total y absoluto de todo, hasta de antibiótico, y es que unas inesperadas anginas decidieron invadir mi garganta y rellenar mis despensas nasales.
Como novedad, este año han estado por mi ciudad de origen, los "Königen von Oben", la "kleine Ratte", la bella Julia, el croata, su niña y el abuelo. Ya saben, mi vecindario al completo. Todos ellos decidieron unilateralmente pasar la Nochevieja en Zaragoza.
Vamos, como si uno no tuviera suficiente pueblo teutón durante todo el año, como para tener que llevármelo puesto también de vacaciones. No querías sopa, pues toma, ración doble. Pero bueno, la verdad es que al final han sido unos días muy divertidos. Les dejo unos cuantos momentos de retina.
Ayer regresaba a mi querido pueblucho de Alemania...del Este, agotado física y mentalmente, pero, eso sí, con muchas ganas de seguir disfrutando de las nuevas aventuras que a buen seguro nos aguardan en el 2014. De momento, ayer llené la cesta de la compra de frutas, verduras y legumbres. Hasta una berenjena cayó accidentalmente en mi cesta; no sé muy bien cómo la cocinaré pero bueno...
Y a ustedes, mis queridos lectores surrealistas -los que conozco de toda la vida, los que he tenido el placer de conocer estas Navidades, y los que seguro que conoceré algún día- les deseo de todo corazón que tengan un año repleto de salud, éxitos y risas.
No se olviden de ser generosos y de repartir alegría (no hace falta dinero para ello). Todo lo que se da, tarde o temprano, de una manera u otra, retorna a uno mismo, así que mejor no escatimar esfuerzos.
Y aunque a veces la vida nos dé palos difíciles de digerir, no queda otra que poner a trabajar el estómago y, en la medida de lo posible, seguir disfrutando del juego, así que ya saben....
¡A por todas!
"Qué reloj más bonito, ¿es auténtico?"
Mi subconsciente suspiró en su foro interno:
"Ya estamos... conversación indeseada con personaje anónimo."
Pero como uno es así de amable, pues le seguí el rollo, y oigan, que me acabó contando su vida en verso: Alemán, programador de vuelos de Lufthansa, y cobrando una pasta por trabajar tres días a la semana; su pareja un español afincado desde hace once años en Alemania; juntos iban a pasar la Navidad con la familia del español en un chiringuito de Almería... Yo alucinaba. En el fervor de la conversación, claro está, me acabó invitando a pasar la Nochevieja con ellos en el chiringuito. Lo que me faltaba. A lo que le digo:
"No gracias, que yo ya tengo una fiesta organizada con mi querida familia numerosa."
Me vuelvo, y veo que las filas 22, 23 y 24 están completamente dormidos. ¡Ole ese apoyo a mi teoría evasora! Yo creo que pensó que le estaba dando largas inventándome lo de una familia numerosa... Aún y todo, ¡al ataque!, me pidió el email. Obviamente uno se reserva el derecho de contestación...
Total, que aterrizamos, nos levantamos, y va una elegante alemana que estaba sentada detrás -tendría unos 80 años- y le arrea un codazo en toda la cabeza así como quien no quiere la cosa.
"Au!! pero ¿por qué me pega? ¿he hablado mucho durante el vuelo, oh?"
A lo que la señora le responde con una sonrisa en la boca:
"Sí, mucho. No me has dejado dormir."
Yo ahí ya cogí mi maletita de mano y desaparecí encanado de la risa:
"Encantado de conoceros, adiós, adiós."
Al día siguiente, sorpresa, recibí un email, en el cual me invitaban a tomar unas copas en Frankfurt. En fin... se podrán imaginar ustedes que el viaje de vuelta lo hice con el ipod y los cascos puestos, en plan:
"Por favor, que nadie me dé conversación".
Maravilloso atardecer, aterrizando de vuelta en Frankfurt con los cascos puestos. |
Entre un vuelo y otro, el periplo vacacional ha estado repleto de momentos inolvidables. Empacho total y absoluto de todo, hasta de antibiótico, y es que unas inesperadas anginas decidieron invadir mi garganta y rellenar mis despensas nasales.
Como novedad, este año han estado por mi ciudad de origen, los "Königen von Oben", la "kleine Ratte", la bella Julia, el croata, su niña y el abuelo. Ya saben, mi vecindario al completo. Todos ellos decidieron unilateralmente pasar la Nochevieja en Zaragoza.
Vamos, como si uno no tuviera suficiente pueblo teutón durante todo el año, como para tener que llevármelo puesto también de vacaciones. No querías sopa, pues toma, ración doble. Pero bueno, la verdad es que al final han sido unos días muy divertidos. Les dejo unos cuantos momentos de retina.
Ayer regresaba a mi querido pueblucho de Alemania...del Este, agotado física y mentalmente, pero, eso sí, con muchas ganas de seguir disfrutando de las nuevas aventuras que a buen seguro nos aguardan en el 2014. De momento, ayer llené la cesta de la compra de frutas, verduras y legumbres. Hasta una berenjena cayó accidentalmente en mi cesta; no sé muy bien cómo la cocinaré pero bueno...
Y a ustedes, mis queridos lectores surrealistas -los que conozco de toda la vida, los que he tenido el placer de conocer estas Navidades, y los que seguro que conoceré algún día- les deseo de todo corazón que tengan un año repleto de salud, éxitos y risas.
No se olviden de ser generosos y de repartir alegría (no hace falta dinero para ello). Todo lo que se da, tarde o temprano, de una manera u otra, retorna a uno mismo, así que mejor no escatimar esfuerzos.
Y aunque a veces la vida nos dé palos difíciles de digerir, no queda otra que poner a trabajar el estómago y, en la medida de lo posible, seguir disfrutando del juego, así que ya saben....
¡A por todas!
Un besazo muy fuerte para mi familia numerosa preferida y ha sido un placer conocerte
ResponderEliminarUn besazo muy fuerte para mi familia numerosa preferida y ha sido un placer conocerte
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