Los cercanos, apenados por las fiestas que dejaremos de celebrar. Los ajenos, felices por creer que de esta manera Alemania tiene más posibilidades de ganar el mundial. Ya saben, ellos, erre que erre...
El día después del adiós al mundial ya me ven andando por la línea de producción de mi lugar de trabajo, cuando de repente un empleado se puso a gritar con un marcado acento alemán:
- Amigo, España adiós!!!
Dora -mi neurona independiente- estaba a lo suyo y ni se acordaba ya del partido. Sonreí, saludé en plan Felipe VI y proseguí mi camino.
La sensación por el adiós de España ha sido de desazón, sí, pero a la vez de agradecimiento. Me imagino que el ciclo de éxitos algún día tenía que llegar a su fin, ¿no? Toca dejar paso a nueva gente.
Y ahora, les reconozco que mi corazón se ha quedado dividido en cuatro trozos ante el posible devenir del mundial:
1) Por un lado, cómo no, me gustaría que ganase Alemania por ser el escenario de mi querido y surrealista blog y porque sinceramente empiezo a sentir cierto cariño por algunos teutones (no todos).
2) Por otro lado me alegraría también si ganara Bélgica. Con dicho país me unen varios lazos de amistad y sería una muy buena alternativa a coger el testigo de España.
3) Otra parte de mi corazón se va hacia Colombia, porque el otro día sencillamente me cautivó la pasión y emoción con la que su gente apoyó a sus jugadores y porque una de mis queridas lectoras surrealistas procede de dicho país.
4) Y la última parte de mi corazón me la reservo... porque ya saben que la vida es mucho más que fútbol.
Y es que la intensidad vital en este pueblucho de Alemania... del Este continúa en niveles máximos y, la verdad, no ha habido mucho tiempo de regodearse en la pena por la eliminación de España del mundial.
El jueves pasado despedíamos a otro compañero del trabajo -español también él- que abandona el juego. Ya saben, unos vienen, otros se van... y este españolito siempre se queda. Fiesta por todo lo alto en el jardín de mi 1/3 de villa hasta las dos de la madrugada. El día después apareció una carta en el buzón firmada por unos vecinos amargados que nos recordaban las normas de comportamiento del buen vecino cívico.
Hombre, es cierto que cantamos el "Hey" de Julio Iglesias, pero tampoco fue para tanto...
Pasando de todo y con la cocina de mi casa al estilo post-Tsunami, decidí coger carretera y manta y disfrutar el fin de semana en las cercanías de Frankfurt con mis queridos "Teufelcillo" y Pedro (belga él y uno de los lazos previamente mencionados).
Oigan, que nos hemos pegado todo el fin de semana a la buena vida. ¡Qué paz por Dioniso!
Alemania: 2 - Ghana: 2 y los pies a remojo... |
El Gintonic bien repleto de arándanos. |
La desconexión ha sido tal que mi querida Dora se ha olvidado hoy media maleta en casa de Pedro y "Teuf". Salía esta mañana de su casa entre abrazos y besos y conforme iba avanzando en la autopista, Dora ha empezado a hacer la lista de la compra u objetos varios olvidados:
1) Zapatos del trabajo; 2) zapatillas de correr; 3) bañador; 4) móvil del trabajo; 5) el libro de lectura...
Vamos, que he salido de casa de mis amigos con lo puesto.
- Dora, hija, que te dejes una o dos cosas pase, pero que te olvides de hasta cinco objetos identificados ya empieza a ser más preocupante...
Diagnóstico: Saturación reflexiva.
En fin, de momento esta semana volaremos de nuevo al Reino Unido jamás será vencido de su majestad "the queen Elizabeth the second". Ya les contaré...
Pasen buena semana.
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