Lufthansa, mi aerolínea favorita –la alemanización invade mi ser- se ha puesto de huelga. Sí, queridos lectores surrealistas, los alemanes también hacen huelga. Y estos a lo grande, no se vayan a pesar.
Todos los pilotos a una Fuenteovejuna (Lope de Vega 1612), han decidido ejercer su derecho a huelga esta semana durante tres días seguidos, cancelando casi 4000 vuelos y dejando colgados a 400000 almas de Dioniso.
Imagen robada del aeropuerto de Frankfurt |
¡Anda que no ganarán euros euros dubidú los pilotitos de Lufthansa!. Me dicen, me cuentan que un piloto vetusto de Lufthansa llega a cobrar al año 260000 euros brutos. Vale, quítenle el 50% que se queda Angelika, dividan por doce y llegarán a la desmoralizante conclusión que los susodichos se llevan una alegría neta mensual superior a los once mil euros. Estos no son mil euristas, estos son oncemileuristas. Pues sí, los oncemileuristas han dicho:
-¡Queremos más, queremos más!-
Ya saben, cuánto más tienes más quieres, pues hale, huelga que te va… Ya lo decían nuestras abuelas: el que no llora no mama. Así que haciendo caso a nuestra abuelas, me imagino a los oncemileuristas acordando en asamblea ponerse a lagrimar. En este caso, la huelga me ha parecido flagrante y desproporcionada, pero no sé por qué me da que mi opinión se las trae al pairo.
- ¡A que me fastidian las vacaciones de Semana Santa!-.
De momento esta semana ya he sido uno de los afectados. Y es que tenía programado un viaje de trabajo al "Reino Unido jamás será vencido" de su majestad la Queen Elizabeth II, y cuando ya estaba todo preparado, recibí un mensaje de Lufthansa en el que me confirmaban muy educadamente, faltaría plus, que mi vuelo había sido cancelado y que me buscara la vida. Pues nada, a buscarse la vida.
Uno ya está más que acostumbrado a planes B, C… y D (como las vitaminas que me tomo diariamente). En este vida hay solución para casi todo, pero allá dónde esté, anda y que le den morcillas a Murphy...
Una vez encontrado el plan alternativo, me desplacé a mi ciudad favorita, Frankfurt. Oigan, nunca había visto el aeropuerto de Frankfurt –una de las empresas privadas más grandes de Alemania- tan vacío. Sólo veía periodistas y TV en busca de afectados. Ya me ven a mi pululando por ahí en plan…
- Si alguien me quiere hacer una entrevista, soy un afectado…-. (No hubo entrevista).
El plan B les contaré que fue un avioncito pequeñito fletado por los trabajadores de oficina de Lufthansa con carnet de vuelo que, por lo visto, han sido llamados a filas para salvar el orgullo de la compañía. Pero claro, estos oficinistas no pueden volar cualquier tipo de avión. No vean qué ilusión me hizo saberlo...
Pero no me quejaré en exceso, porque gracias a estos avioncitos y pilotos improvisados, Lufthansa ha conseguido salvar el 5% de los vuelos y este españolito ha podido... volare uoo, cantare uo oooo.
Y sí, se lo han imaginado perfectamente. Cómo se nota la falta de rodaje o pericia planeadora sobre las nubes de estos pilotos improvisados. Si a uno ya de por sí no le gusta volar, con los empleados de oficina de Lufthansa al rescate, mucho menos. Pero bueno, te tomas un par de vinos durante el vuelo, y tras unos cuantos altibajos aéreos, botes, rebotes, triples y tapones, aterrizas como buenamente puedes y gritas internamente:
- God save the Queen !!!-
Que Dios salve a la Reina (a la de España por supuesto) y a todos ustedes, mis queridos lectores surrealistas.
Vale, mándale morcillas a Murphy. De arroz y de cebolla. Pero el chorizo y la longaniza guárdalos p’al grill.
ResponderEliminarviva el chorizo y la longaniza!
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