* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

domingo, 21 de septiembre de 2014

Cataluña: ¡pero qué revuelo!

Bueno, bueno, bueno, como si uno no tuviera bastante con su estrés laboral -los próximos meses se presentan calentitos y no precisamente por las temperaturas ambientales- como para encima observar desde mil ochocientos kilómetros de distancia el panorama político que reina -viva Felipe VI y Letizia- en mi querida "Spain-twelve points".

Cierto es que esta semana he esbozado unas cuantas sonrisas observando el efervescente efecto que produce el nuevo y mediático ídolo de masas del panorama político y no político español: Pedro Sánchez. Y es que el sector femenino doble-quinceañero, independientemente de ideologías políticas, tienen los estrógenos alborotados. Me imagino a más de una forrando sus ideales agendas de piel con fotos de ¡Peeeedrooo!

Si ya lo dice el sabio refranero popular: una imagen vale más que mil palabras y las palabras se las lleva el viento de poniente.

Pero esta mañana la hilaridad del efecto ¡Pedro! se ha transformado en cierta desazón leyendo tanta opinión pública entorno a Cataluña. Lo escribo con "ñ" porque ya que nuestra RARR (Real Academia del Relincho de Rocinante) tiene el uso en exclusividad de esta letra, me apetece utilizarla.

Parece que "More" (més en catalán) sigue con su pulso al estado (a este paso le va a explotar el biceps), y esta semana se ha sacado de la manga del Mar Menor una ley de consultas que le auto-permite convocar un referéndum oculto ilegal. ¡Valiente! por calificarlo de alguna manera, porque normalmente, y digo bien, normalmente, el que incumple la ley paga un multa (y uno sabe mucho de multas por exceso de velocidad) o acaba en la cárcel, según sea la gravedad del delito. Sobre la gravedad de los delitos y su catalogado en el código penal, necesitaría asesorarme por una amiga, ups, que casualmente vive en Cataluña (viva la ñ).

Pero esta mañana había otra noticia que conseguía captar mi atención. Y es que la presidenta del PP catalán era abucheada por independentistas catalanes y conminada al éxodo de Cataluña (viva la ñ). Y aquí me resulta difícil frivolizar e ironizar, porque estos hechos me parecen de una extrema gravedad. ¿Hay algo más fascista y totalitarista que invitar a una persona a abandonar su propia tierra simplemente por no compartir tu misma ideología? Yo creo que estos abucheadores y silbadores de profesión no son conscientes de la gravedad e implicaciones de sus actos. Pero esto se soluciona -si se quiere- leyendo un poquito de historia. Y no hace falta retroceder muchos años, ni meses.

Sí, claro que es libre votar y opinar pero, bajo mi daltónico e inexacto punto de vista, este voto y opinión debería estar siempre amparado por un marco legal. Que el marco legal es mejorable y actualizable, sí, pero siempre bajo el consenso de todos y cada uno de los ciudadanos que lo acordaron. Si en su momento las reglas del juego se redactaron, votaron y aprobaron por todos y cada uno de los representantes de los ciudadanos (catalanes, vascos y andaluces incluidos), una posible modificación de las mismas -que hasta me parece saludable- debería ser consensuada entre todos.

El resto de actos diría yo que son revueltas civiles populistas fomentadas por oportunistas y/o aprendices de tiranos. Y estos últimos, los tiranos, ya sabemos que son una especie en peligro de reproducción cuya evolución es muy impredecible. La historia ya se ha encargado de dejarnos tristes ejemplos de las fechorías que son capaces de ejecutar estas especies. Y no me gustaría pecar de apocalíptico pero es que ¿dónde está el límite si cualquier sujeto con cierto poder de gobierno pudiera plantear un referéndum cuando quiera, como quiera y para lo que quiera? Reflexionen seriamente sobre la pregunta y no pongan límites a su imaginación.

En el caso particular que hoy nos atañe, es innegable que en mi querida Cataluña (viva la ñ) se ha hecho un trabajo de escuela muy exhaustivo durante los últimos treinta años, liderado por un movimiento inicialmente catalanista y finalmente independentista, que obviamente está dando sus buenos frutos: melocotones y pavías.

Típica fachada en Barcelona. Reflexión de alta complejidad: ¡pero qué bonita es la fachada!

Y no entraré a valorar el centrifugado de estómago que me produce el pensar que presuntamente, durante esos treinta años de exhaustivo trabajo de escuela, esos líderes pudieran haber estado llenando sus arcas privadas, haciendo mal uso del poder que democráticamente consiguieron gracias a esas mismas reglas del juego que ahora se quieren saltar.

Espero que los silbadores y abucheadores profesionales previamente mencionados prolonguen su jornada laboral y acompañen acústicamente también a esta gente con terminación en uza y de actitud deleznable. Uno respeta la ley y aceptará la presunción de inocencia hasta que se demuestre los contrario. Aunque Lola (mi bola de cristal) pocas veces se equivoca...

En fin, que entre el estrés laboral y el estrés político de mi país de procedencia, y eso que mi expatriación me exime de sufrirlo, tengo a Dora (mi neurona) agotada. No hay estrés que el deporte no cure, así que de perdidos al... bosque.

Y a todos ustedes, queridos lectores surrealistas, y sobre todo a los residentes en "Spain-twelve points", por favor cuídenme el país, que uno tendrá que volver algún día -vaya usted a saber cuándo- y no me lo quiero encontrar despedazado en trocitos.

Hasta entonces no olviden que, en el marco de la legalidad, los estrógenos y las testosteronas también tienen derecho a opinar, alborotar y votar...

¡Un abrazo libre y democrático para tod@s!



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