* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

jueves, 14 de mayo de 2015

Ischgl 2015

A ver quién es el valiente que se lanza a pronunciar el título del post de esta semana. Digo de esta semana pero, ya sé, ya sé -y pido disculpas por ello- que llevo un largo tiempo sin actualizar el blog.

A lo que iba. Al título. Es algo escaso de vocales, sí, pero les aseguro que se puede pronunciar. En el intento, procuren no esputar mucho sobre sus pantallas; las pobres no tienen las culpa. Pagaría por verles en este momento.

Bueno, bueno, como me disperso... Como en los mejores tiempos, dos párrafos para no haberles contado todavía nada. Venga, vayamos al meollo del asunto.

Ischgl es una de las mejores estaciones de esquí de los Alpes austríacos, donde año tras año se reúnen la flor y la nata montada de toda Europa. Y claro, como al círculo íntimo de este españolito le gusta mucho montar nata -¡eh!-, pues para allí que nos fuimos un año más. Si hace dos años decidíamos estar en la apertura de la temporada de Ischgl, este año preferimos disfrutar de la clausura.

Ya ven, esquiando en el mes de Mayo cuando por el pueblo ya estamos en plena temporada de cortar el césped del jardín. Por cierto, me toca cortarlo mañana (¡joder!).

La estación de Ischgl en sí misma es espectacular: interminables pistas de esquí que te deslizan de Austria a Suiza y viceversa (no sabes muy bien por dónde vas, pero vas); remontes ultramodernos con asientos amortiguados, calefactados y a resguardo de cualquier contratiempo climatológico; infinidad de restaurantes para todos los paladares y bolsillos; pero sobre todo hay algo muy característico del lugar...

Y es que Ischgl es una fiesta continua.

Yo creo que los abuelos octogenarios autóctonos del lugar, en lugar de salir a pasear a la fresca, salen a bailar y a pimplarse bien de cervezas y licores de pera (Willy). Aunque si les soy sincero, ahora que lo pienso, no me ha parecido ver a muchos abuelillos/as pululando por el lugar... Seguiré investigando.

De verdad, lo de este lugar es para hacérselo mirar. El pueblo es precioso, como de cuento, así todo él muy austríaco y alpino. Pero, de verdad, lo de la fiesta permanente, tanto en el pueblo como en las pistas, es un poco excesivo.

Nosotros andamos-bailamos detrás de la cámara
El bazar de esquís

Total, que ahí que nos plantamos los cuatro fantásticos: Teufelcillo y su cartulina (ella fue la culpable de reservar el apartamento con un embarazo de antelación); Don Pedro (el capitán del barco); el gran tío Gilito (selfie aquí y selfie allá); y este loco españolito con la cabeza a punto de ebullición...

Por pasar, nos pasó de todo durante todo el fin de semana, pero destacaré un hecho singular.

La primera noche cuando nos disponíamos a cenar en un restaurante del lugar, lo típico que íbamos hablando en español y a todo pulmón con el Gran Tío Gilito y Teufelcillo, y resultó que los de la mesa de al lado también eran españoles. ¡Anda! ¡qué casualidad!

Era un grupo de la estación de Formigal que venían a hacer un benchmarking en toda regla. Vamos, a copiar ideas de Ischgl para llevárselas a Formigal. Entre ellos, una cara conocida: el DJ Carlos Jean. Y claro, a mi querido Gran Tío Gilito le faltó tiempo para empezar a hablar con ellos y hacernos fotos con Carlos Jean.

Sinceramente, me encantó ver a gente española emprendedora queriendo aprender y mejorar. Bajo mi inexacto y daltónico punto de vista, sólo así se puede mejorar en la vida: conociendo mundo, abriendo la mente, y empapándose de experiencias y de vivencias con otras personas.

Les dejo el video de promoción de Formigal que han hecho este año junto con Carlos Jean. Les confensaré que cuando me lo enseñaron se me puso la piel de ganso, el vello de punta o las cejas escarpadas.  De repente, me vinieron a la cabeza (ésa en estado de ebullición) muchísimos recuerdos.

LIFETIME

Total, que nos despedimos y al día siguiente nos volvimos a encontrar en el concierto de clausura "on top of the mountains". Ahí estábamos todos, españoles por el mundo, algo pimplados de cerveza, dándolo todo en el corazón de Los Alpes. El grupo amenizador del evento: "30 seconds to Mars".

Todo muy surrealista. Al final de la fiesta, cada uno por su camino y Dioniso por el de todos...

Un fin de semana para el recuerdo. Y como la ebullición no es muy beneficiosa para la memoria, aquí lo dejo registrado en el blog, que por cierto sale publicado de manera inusual un jueves, porque por aquí estamos de fiesta. Hoy es el día de los hombres, del padre, vamos el día en el que Jesús se fue al cielo con su padre. ¿Ascensión?

Sea como fuere, el hecho es que estoy tumbado en mi cama a punto de darle al botón de publicar, porque aunque haya pasado un tiempo desde mi último post, me acuerdo mucho de todos ustedes, mis queridos lectores surrealistas.

Les mando un beso, un abrazo o un apretón de mano. Que cada uno elija lo que más le apetezca.

¡Suerte Formigal! Si Lola quiere, nos veremos en el 2016...


P.D. Acabo de darme cuenta que tenemos una nueva trilogía. Aunque mi cara no lo note, cómo pasa el tiempo:

Ischgl 2013
Ischgl 2014
Ischgl 2015

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