* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

martes, 11 de diciembre de 2012

Mente sana in corpore sano 2

Aquí tienen la segunda entrega de mi particular serie 'Mente sana in corpore sano', especialmente dedicada a todos esos queridos lectores surrealistas que tuvieron que ir al baño de risa al leer la primera.

Les cuento, este 'españolito', como me imagino que todos ustedes, tiene semanas mejores y peores, y la pasada digamos que no fue de las del primer grupo. Ante el estado catatónico con el que amanecía el sábado por la mañana, esta vez sin despertador viviente en forma de 'kleine Ratte', decidí aplicar mi lema vital, que en mayor o menor medida siempre ayuda, y airear una vez más mi cuerpo Serrano en el gran centro acuático que ustedes ya conocen, AQUAPLEX.

Pero cuál fue mi sorpresa, al comprobar que esa mañana no había patitos navegando a su libre albedrío!! ¿dónde estaban mis dúos, mis torpedos, mis transversales y mis bombas arrojadizas? toda la piscina para mí! Yo sé de unos cuantos amigos/as con los que, ante semejante extensión de agua, habríamos hecho un buen ejercicio de natación sincronizada, pinza en la nariz incluida, pero contuve mis instintos olímpicos y me metí en la piscina discretamente, sin tirabuzón mortal hacia delante, porque total no había nadie para puntuarme... La verdad es que me entraron ganas de nadar haciendo eses, la fuerza de la costumbre, pero no, bajé el periscopio y me puse a bracear y a patear tranquilamente en línea recta. Qué paz, hoy seguro que me iba a encontrar con Zen....

Les reconoceré que algo de nostalgia sentí, ¿yo solo sin patitos surrealistas dando por saco? Este inesperado sentimiento me recordó una lección que aprendí ya hace unos años, y es que muchas veces no apreciamos realmente lo que tenemos hasta que lo perdemos. Uy, que parece que les estoy empezando a coger algo de cariño a mis conciudadanos de este lugar de Alemania (del Este)... Me lo haré mirar.

Terminó mi actuación de 'El patito solitario', y me fui directo a la zona de saunas, especialmente 'schön' esa mañana, todo tan blanco y nevado, muy bonito; la verdad es que a uno le gusta la nieve, siempre y cuando no tenga que hacer de quitanieves. En el recinto 'saunal', mi estado de estupefacción se prorrogó al constatar que la tranquilidad continuaba y que no había exhibicionistas de la tercera edad a la vista. Ahí sí que pensé: "Qué gozada, todas las saunas para mi solito...!"

Como en Finland, tierra de grandes amigos... Temperatura ambiental -8ºC 

Me dirigí a la sauna principal, recuerden, con aforo máximo para 60 cohabitantes, con la idea de tumbar mi body en toda su extensión dentro de la sauna y continuar buscando a Zen.

Abrí la puerta y me encontré que la sauna, más que vacía, estaba hasta la bandera, se me había olvidado el show de Locomía de las horas puntas y eran justo las 13:01Uhr!!

Ya no había vuelta atrás y no quedaba más remedio que entrar.

Imagínense, entrada triunfal, incluso con algún que otro saludo regio, entre comentarios de sorna en perfecto alemán del resto de naturistas (todos por supuesto de la tercera edad). Sólo les faltó hacerme la ola mientras yo paseaba mis pelotillas, con una tímida media sonrisa, delante de todos ellos. Finalmente posé mi culillo en el primer hueco que encontré y terminé de saludar a los dueños de los culillos que estaban más cerca del mío. Ni abrazo de piernas, ni posición de avestruz, esta vez hice un cruce de pierna 'machote', que uno se vino arriba con semejante entrada. Se podrán imaginar que Zen y su culillo no estaban por allí...

Música, acción y que comience el show de Locomía. Esta vez, el empleado de AQUAPLEX no disponía del mega abánico del grupo musical, pero de igual manera, haciendo uso de una amplia toalla de baño y siguiendo una retahíla programada de movimientos espásmicos, nos lanzaba a la cara el aire sobrecalentado con aroma a menta y frutas del bosque. Y yo pensando..."en uno de esos aspavientos le va a dar un toallazo a la abuelilla de la primera fila".

Lo mejor, sin duda, son las caras de los naturistas cohabitantes, aunque lo que realmente llamó mi atención el sábado pasado durante mi barrido visual de la situación, fue encontrarme en una de las esquinas con la mismísima maja desnuda de Goya! Ahí estaba ella en todo su esplendor, tumbada con los brazos detrás de la cabeza; alucinante!

Quien me lo iba a decir a mi, el cuadro más famoso de Goya, expuesto en mi querido pueblecillo de Alemania (del Este), al módico precio de una entrada de piscina.

El show terminó y el cantante de Locomía nos invitó a prorrogar el show cinco minutos más, vamos, un 'Zugabe' en toda regla. Nadie se lo pidió, pero parece que él tenía ganas de seguir agitando la toalla. La propuesta no fue muy exitosa porque realmente todos los naturistas abandonaron la sauna, maja de Goya incluida, y sólo nos quedamos una abuelilla con un recojido de pelo muy juvenil, y un servidor, aunque reconozco que porque no me enteré muy bien de lo que dijo el de Locomía...

Ahí estábamos los dos valientes, representando a distintas generaciones, y claro, este 'españolito' que a veces no puede callar ni debajo del agua, tuvo que hacer el típico comentario: "somos los mejores, ge?" (onomatopeya típica del lugar).

Ya ven, de ligoteo con la tercera edad! La abuelilla del recojido juvenil me miró con sonrisa de... "éste qué dice?!" y cuando terminó el 'Zugabe' de Locomía, salió disparada de la sauna, todo lo disparada que su body sin bastón le permitió. Yo, partiéndome de risa (expresión ésta que acepta diversas acepciones en el baño), levanté mi culillo y abandoné también la sauna.

El domingo por la mañana amaneció, novedad, con una tormenta de nieve de las buenas, ideal para salir a correr. No hay que pensarlo mucho, te abrigas bien, cual cebolla ninja, y te lanzas a las pistas de nieve, aquí han dejado de ser calles, a correr un poco. El hacer de cebolla ninja ayuda, te sientes un poco loco, sí, pero fortalece la moral si consigues volver a casa sano y salvo.
En cualquier caso, el domingo pasado era más que necesario hacer hueco a una espectacular comida alemano-venezolana que me esperaba en Erfurt con mis queridos ciudadanos del mundo, que son como un cargador de energía positiva.

Vean cómo tenemos el panorama... mi calle es un pista azul, casi roja.

La verdad que a Zen no lo he visto en todo el fin de semana, pero desde luego que lo que el sábado por la mañana empezaba viendo negro, por la tarde se tornó gris, el domingo por la mañana pasó a verde y terminando el fin de semana lo veía todo amarillo... mi color favorito (el que mejor distingo). La luces policromáticas de mis ventanas, que me tienen deslumbrado, también ayudan a estos cambios de color...

Ya saben, sea cual sea su estado anímico, hay que mover el body. Prueben, no tienen nada que perder...

A pasar una feliz semana!

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