* La guía perfecta para no entender la vida de un expatriado, pero pueden intentarlo...

domingo, 2 de junio de 2013

La historia del pueblo

El pasado fin de semana fue de esos en los que tu ánimo va con el tiempo, y para que se hagan una idea, tenemos el río casi desbordado, así que entre lluvia y lluvia nos dedicamos a conocer un poquito más las raíces del pueblo. Aunque esto está lleno de personajes, la historia del pueblo la podríamos resumir básicamente con dos de ellos:

  • Juan Sebastián Bach
Extraordinario músico y compositor del Barroco que tuvo el honor y las agallas de nacer en mi querido pueblecillo de Alemania... del Este un óscuro, frío y, seguro que lluvioso día de 1685. De buena cuna, procedía de una familia de músicos reconocidos y nació con un violín debajo del brazo; seguro que no le faltaron 'Thüringen Bratwurst' para comer...

Creció en una linda casita, muy cerca de mi actual 1/3 de villa, que constaba de cuatro dormitorios, una cocina de leña, dos letrinas y un cuarto de instrumentos. Todo, en una parcela de 400m2 con un mini jardín lleno de flores, donde Juan-Sebas se inspiró para sus composiciones musicales: Los conciertos de Brandenburgo, La pasión según San Mateo, Misa en si menor etc...

El alquiler de la época rondaría los 300 Pfeninngs de plata / mes (vaya usted a saber).


La casita donde nació Bach.

Bach se casó dos veces y tuvo una auténtica retahíla de churumbeles.

Con su primera mujer, María Barbara, tuvo siete infantes. Enviudió y a los diecisiete meses se volvió a casar en segundas nupcias con Ana Magdalena "La Bella Easo", con la que el colega aún tendría ganas de procrear trece nuevas criaturas.... ¡Con un par! Y entre hijo e hijo, no se olviden que nos dejó una de las mejores obras músicales de la historia.

Durante la visita disfrutamos de un conciertillo en directo, pensamos que, de alguno de los descendientes de Bach, porque con tanto hijo, seguro que la probabilidad era alta... La verdad es que el conciertillo en directo fue un auténtico gustazo para los tímpanos y el supuesto descendiente de Bach desempolvó muy correctamente alguno de los principales instrumentos de la época: Clavicémbalo, violín, órgano etc...

Si se pierden alguna vez por este pueblecillo, visiten la casa de Bach, la disfrutarán.


  • Martín Lutero
Martín, no el que nos hace los mojitos de fresas todos los jueves, sino Lutero, vivió y estudió en mi querido pueblecillo de residencia durante su adolescencia. Veinte años más tarde, ya hecho monje, le dió por desafiar a la Iglesia Católica con sus famosas 95 tesis, las cuales colgó en la puerta del castillo Wittenberg, justo el día anterior a la festividad de todos los santos (31 Octubre 1517) -éste también, con un par-.

En consecuencia, fue perseguido por todos los poderes católicos de la época, entre ellos, el Papa León X, que le dejó sin las obleas de la comunión, y nuestro rey Carlos I de España y V de Alemania, dueño del basto y sacro imperio romano germánico (SIRG)... Vamos, que a Martín no le quedó más remedio que esconderse bajo el pseudónimo de "caballero Jorge" en el cada-vez-que-viene-alguien-hay-que-subir-a-verlo castillo de Wartburg (el que ven de fondo en este blog). Durante este período, Lutero se entretuvo traduciendo la Biblia al idioma de Goethe.

El museo o casa conmemorativa, les seré sincero, es como una casa del terror. Les dejo unas fotos de lo que nos fuimos encontrando durante la visita y ustedes mismos juzguen.


Lugar de residencia de Martín entre los 14-17 años.

El ama de llaves... ¡Dense cuenta!
Estrellita Castro
Poltergeist. ¿Tiene el brazo izquierdo girado?

¿Es o no es para volverse loco? Lo mejor de la visita, el final, no por terminar, que también, sino porque se nos acercó un abuelillo y nos preguntó si procedíamos de Sudamérica: amplia extensión del planeta Tierra, donde también se habla el idioma de Rocinante... Desde luego, su entradilla o intento por entablar conversación con nosotros fue de lo más original, y total, que el abuelillo acabó hablando en francés. En fin... uno ya está acostumbrado a todo.

Le dimos nuestra impresión sobre la visita a la casa conmemorativa de Lutero. Se podrán imaginar que... ¡nos había encantado!. Todo sea por la salud del abuelillo que seguro que entró en éxtasis al escuchar semejante mentira dulcificada, o no, a lo mejor se fue pensando: "otros que han picado y pagado los 5 euros..."

Eso sí, su conclusión me pareció de lo más interesante: Para entender bien el carácter de los alemanes, hay que conocer la teoría de Lutero, así que les dejo un link para que, si tienen ganas, se estudien por lo menos sus famosas 95 tesis.

Alguna de las tesis no hay por dónde pillarlas, y las que se entienden, desde luego fueron valientes para aquella época... Ya saben ustedes, queridos lectores surrealistas, que este españolito defiende  la libertad de religión, y de no religión, vamos que no soporto las cosas impuestas, pero por lo menos léanselas y así podrán decidir, si es que les apetece decidir. A ver quien consigue pasar de la quinta tesis...  ¡Ánimo!

Si se pierden alguna vez por este pueblecillo, no visiten la casa de Lutero, les deprimirá.

En cualquier caso, ambos personajes han conseguido pasar indiscutiblemente a los anales de la historia, y no sólo de este pueblecillo de Alemania... del Este.

Moraleja: Hay que conseguir hacer algo útil para la humanidad.

Concluyo estas líneas con una sonrisa en la boca porque, después de semanas de diluvio universal, ¡estoy viendo asomarse el sol!, así que le doy a publicar el post y me salgo al balcón a dejarme manosear la cara por los rayos solares.

Pasen buena semana

1 comentario:

  1. Mi versión del mejor no-imán de la tienda: el primer principio de la termodinámica según Jorge Drexler, que me atrapó desde la primera vez que la escuché:

    https://www.youtube.com/watch?v=RuSb7RfXSoo&feature=player_embedded#!

    Ah! Danke, Murphy, por ahorrarnos el disgusto de la multa y por no aguarnos el arroz.

    Und Danke anfitrión, por el -2 en el bono con inmersión en la historia del pueblecillo. Historia contemporánea incluida: visualización y explicación al detalle de uno de los monumentos del lugar: ¡la super-Wohnwagen!

    La moraleja... a mí me queda algo grande. A la humanidad y al Planeta (Sudamérica incluida ;) ) aún estoy intentando descubrirlos, conocerlos, entenderlos un poquito, de trocito pequeño en trocito pequeño, según Lola y Murphy me van planteando la cosas.

    ResponderEliminar

Expláyese con libertad y deje aquí su comentario: